“Si sonreís no sos argentino”
“Si sonreís no sos
argentino”
Con mi familia
este año decidimos tomarnos unos días de vacaciones en la ciudad argentina de
Mar del Plata. Una ciudad muy bella, con
una infraestructura turística muy completa y digna de imitar. Además el tipo de
cambio lo hace más atractivo para los extranjeros.
Como todo viaje
uno busca captar las mejores imágenes y llevarlas como recuerdo, sobre todo
aquellas donde está la familia completa. Pero, para que toda la familia pueda
salir en la foto, alguien fuera de la misma debe quitar la foto. Bien, justo
pasaba un ciudadano argentino y gentilmente accedió a realizarnos la
instantánea. Le agradecimos por el
gesto, y se acercó y nos dijo: “como se nota que no son argentinos”. Automáticamente
le pregunté por qué dijo eso y me respondió con un gesto único y difícil de
explicar, pero básicamente me dijo, que es muy difícil que a un argentino se le
esboce una sonrisa en estos días. Ese gesto me dejo pensando durante días.
Si analizamos la
realidad argentina desde la perspectiva económica la inflación más el problema
cambiario y caída de reservas sumado a los subsidios, normalmente generan una
serie de medidas que “restringen” el accionar de los ciudadanos y la mayoría de
las veces producen un malestar importante en la población.
No creo que a nadie le guste que le limiten la
cantidad de dólares o pesos que desea adquirir ya sea para viajar o simplemente
para realizar inversiones, y sobre todo tener que dar tantas explicaciones para
poder hacer un simple viaje al exterior, o no saber si va funcionar un
empredimiento temiendo un corte de energía que perjudica al mismo durante días
porque el sistema de distribución está sobrepasado debido a que no se
realizaron las inversiones en su momento.
A los hermanos
argentinos, a mi entender, se le está complicando las cosas, los números no
cierran y las medidas restrictivas están cada vez más fuertes. Los medios
impresos y televisivos en su mayoría hablan de un año 2014 difícil. Y yo les
pregunto: ¿cómo se siente una persona con recursos muy limitados y perspectivas
no muy alentadoras de mejoras? Lógicamente no podría estar muy feliz, y mucho
menos tener una sonrisa.
Sería bueno que
nosotros, los paraguayos, entendamos que la felicidad de la ciudadanía no
depende solo de nuestros gobernantes de turno, sino depende en gran medida de
nuestro accionar como ciudadanos activos responsables. No culpemos el día de
mañana solo a nuestros gobernantes, si nosotros no dimos nuestro “granito de
arena” para que los accidentes realmente sean accidentes y no situaciones
previstas que no se tomaron enserio.
Y finalmente, no
dejemos que nos quiten la sonrisa, sino al contrario, que nos reconozcan como
ciudadanos activos responsables y orgullosos de nuestro país, para que en la
próxima foto en familia nos digan: “se nota que son paraguayos” y no caigamos
en el error de un dictador que nos señale que en el Paraguay “nadie sonríe por
decreto”.
Econ. Mario Aníbal Romero Lévera
Socio ADEC
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