Escucha tu vocación
Escucha tu vocación
Desde
pequeños nos inculcaron y “vendieron” la importancia de emprender. Nos
motivaron y nos dieron herramientas con libros, revistas, charlas y talleres.
Todo enfocado a desarrollar algo propio. Y hemos siempre visto la figura del
emprendedor como algo fantástico y hasta “fashion”.
Pero
esta es la pregunta que me hago de un tiempo a esta parte: ¿es mejor ser
un emprendedor o un colaborador en esta vida?
La
principal línea etimológica que tiene concepto “emprendedor” viene del francés,
“entrepreneur”. Se les denomina así a los aventureros que se embarcaban rumbo
al nuevo mundo, sin saber si retornarían algún día. Años después, el vocablo se
amplió para los constructores de caminos o puentes, y para el siglo XVIII, el
escritor francés Richard Cantillion la usó para hacer alusión a los
“propietarios de las empresas que arriesgan y se juegan por una idea”.
He
escuchado decir, en varias charlas, que todos podemos ser emprendedores, creando
empresas. Aparentemente sólo se necesitaría trabajar duro, ser persistente,
perseverante, tener pasión, un poco de liderazgo, imaginación y saber “vender”
para emprender. Por otro lado, el que esté de moda, no significa que todos hayan
que seguir con esa moda. Las empresas y la sociedad toda también quieren y
precisan colaboradores eficientes, creativos, innovadores y comprometidos que
se involucren a lo largo del tiempo por querer continuar en una organización
laboral.
A
muchas personas se les enseña en sus casas, en la sociedad y en la escuela que
se debe estudiar para trabajar en una gran compañía y mientras mejor preparado
mayor será el salario y puesto a ocupar, por el contrario a la minoría de las
personas se les enseñan a ser emprendedores, en el sentido de desarrollar la
creatividad e innovación.
Necesitamos
emprendedores, pero no sólo para crear empresas, sino para innovar en las existentes,
haciéndolas más productivas y competitivas para los nuevos escenarios sociales,
políticos y económicos.
Pero,
no todos pueden ser emprendedores fundadores de empresas. Hay gente muy
inteligente, trabajadora, creativa, innovadora y ambiciosa, pero que está hecha
para sobresalir y tener éxito dentro de una estructura ya formada y haciendo
carrera como colaborador.
Sin
lugar a dudas ni el emprendedor es mejor al colaborador ni viceversa. La
cuestión está en poder identificar y sobretodo aceptar lo mejor para nosotros,
en términos de realización personal.
Es
cierto que Paraguay hoy necesita de buenos emprendedores, pero también es
cierto que debemos formar mejores colaboradores. El país los necesita, por eso
les convocamos a escuchar la vocación y decidir libremente y con firmeza y
pasión entre las dos vertientes de la elección.
Econ. Mario Aníbal Romero Lévera
Socio ADEC
08 Junio 2014
08 Junio 2014
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