Emprender: ¿Porqué el fracaso es importante?
Emprender: ¿Porqué el fracaso es importante?
Un tema tabú en Paraguay, es hablar del fracaso empresarial, sin embargo, el fracaso no se percibe de la misma forma en todos los países. Así como en Paraguay, en general, existe un temor enorme a equivocarse, en otros países como Estados Unidos fracasar no está ni mucho menos mal visto y, es más, se considera una experiencia muy útil de la que aprender. De acuerdo a un estudio desarrollado por RedEmprendia[1] en torno a este tema, se debe diferenciar entre fracasar y ser un fracasado, debido a que es el proyecto el que fracasa, no el emprendedor el que se convierte en fracasado cuando su proyecto no prospera.
Demás está decir que de todos los errores se aprende y, es más, lo fundamental es sacar provecho de ellos. Tropezar una y otra vez es de humanos, lo que los diferencia es la capacidad para levantarse y continuar.
¿A qué tienen miedo los emprendedores?
Según Morris y Kuratko, dos autores especialistas en emprendimiento, y que recoge la publicación de RedEmprendia, en el momento de crear una empresa los emprendedores se enfrentan a dos clases de riesgos. Por un lado, a “hundir el barco”, es decir, el riesgo a que el negocio no funcione bien; por otra, a “perder el barco”, o dicho de otra forma, el riesgo de no hacer lo correcto para que funcione.
Sin embargo, los emprendedores no sólo están preocupados por aspectos relacionados con la nueva empresa, sino también consideran otras cuestiones como la de poner en riesgo la estabilidad familiar, invertir muchos recursos económicos y no recuperarlos o tener que lidiar con dificultades e imprevistos.
¿Pero por qué el fracaso es importante? Una de las razones es el aprendizaje que podemos extraer. “El emprendedor que fracasa acumula experiencia que, sin duda, será útil en un eventual nuevo emprendimiento”, sostiene dicha publicación. Y es que hasta el éxito necesita de equivocaciones, pues si no se cometen errores, no se podría aprender de ellos y crecer.
La revista norteamericana especializada en empresas Inc[2] ofrece una serie de lecciones que (casi) garantizarán el camino hacia el éxito:
Si no hay facturación no hay negocio.
Usted no es especial, ni ganador, así como tampoco lo es su empresa.
Paso a paso. Roma no se construyó en un solo día.
Un plan de negocios tradicional puede conducir al fracaso.
El peor de los escenarios es el único a considerar.
Divide tus peores y mejores expectativas por cuatro.
Tener socios estratégicos no es siempre la mejor idea.
La prueba del concepto no es opcional.
Sin prisas. Se necesita tiempo para construir unos buenos cimientos.
No importa lo exitoso que sea, ha de aceptar que fracasará otra vez.
Estas son las conclusiones a las que llegaron un cierto número de emprendedores y que no serán en balde. ¿ Y, cuáles son las suyas respecto al fracaso?
Mario Aníbal Romero Lévera
Socio ADEC
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