“Festejemos, consumamos, pero con responsabilidad”
“Festejemos, consumamos, pero con responsabilidad”
Estamos en plena época de las fiestas de Navidad y Año Nuevo. La Navidad por un lado, es una festividad religiosa en la que los cristianos conmemoramos el nacimiento de Jesucristo. Se celebra cada 25 de diciembre. La Navidad en familia es una celebración en la que se acostumbra a ofrecer una cena, realizar un intercambio de regalos y brindar como agradecimiento por las cosas buenas ocurridas durante el año. Por otro lado, el Año Nuevo es la celebración del inicio del año siguiente en el calendario, en función del tipo de calendario utilizado. La más común es la del 1 de enero, del calendario gregoriano, que fue instaurado por el papa Gregorio XIII en 1582, y que se utiliza en la mayoría de los países del mundo.
Es una época de reflexión, pero también se puede notar un importante incremento en el consumo. Es una etapa del año cuando aprovechamos para hacer compras navideñas, regalos a familiares y amigos, reuniones, cenas y comidas.
Y sobre este último punto es importante rescatar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 12 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas que tiene como prioridad “un consumo y una producción responsable”. La primera de las “Rs” de la economía circular es “reducir”, lo que a su vez considera la necesidad de resistirnos a los impulsos de compras no necesarias, o desde otro punto de vista, tomar decisiones de compra más inteligentes.
Ante este escenario de consumo exacerbado, parece más complicado aplicar un consumo responsable. ¿Imposible? Hoy en día ya hay suficientes opciones como para que “fiestas navideñas” y “sostenibilidad” no sean conceptos opuestos y podamos contribuir con el consumo responsable en estas fiestas. He aquí algunos ejemplos:
1) Utilización de alimentos de cercanía: comencemos por las comidas que preparamos en casa, podemos asegurarnos de que la comida sea local y de producción ecológica o incluso de comercio justo. Consumamos más frutas y verduras ecológicas, y sobre todo producidas en Paraguay de forma sostenible y responsable;
2) Papel reutilizado: sabemos cuanto se gasta en decoración navideña y papel de regalo. El envoltorio de los regalos, mejor si es de papel reutilizado y sin bolsas de plástico. Una opción para envolver los regalos puede ser utilizar papel de anteriores regalos, así como de periódicos o de revistas antiguas.
3) Obsequios comprometidos con el medioambiente: podemos ver en plataformas digitales, como Instagram, catálogos de actividades y productos respetuosos con el medio ambiente. Lo importante es tener en cuenta no sólo los materiales con los que se fabrican los productos (o se ofrecen los servicios) sino también las condiciones laborales de las personas que permitieron la fabricación del producto o la prestación del servicio.
Con sentido común y responsabilidad, se puede disfrutar de hacer un regalo sin comprometer la calidad de vida de nuestras próximas generaciones. ¡Felices fiestas!
Mario Aníbal Romero Lévera
Socio ADEC
Publicado en el Diario Ultima Hora el 25 de Diciembre 2021
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